jueves, 26 de julio de 2012

Acerca del sur de Chile, el sur mapuche...

Resulta complejo el escenario para el gobierno de turno de aquello que acontece en Ercilla, Temucuicui y otras localidades de Temuco. Difícil, por decir lo menos, ya que poco a poco los winkas aprendemos de los mapuche, de su fiereza, consecuencia, arrojo y certeza. De a poco se nos vuelve la rebeldía, porque somos hijos de ella. Pronto estaremos sumados para enfrentar la injusticia que por más de quinientos años, el Estado ha amparado en contra de nuestra sangre. En las noticias no aparece nada y cuando aparece, los “pobres” latifundistas, dueños de predio y otros de apellidos pomposos, dicen que heredaron la tierra de sus abuelos, por el mil novecientos y algo. Todos blancos, finos, manipuladores de medios, políticos con plata ya jubilados, que buscaron la paz para esos años viejos en un lugar donde nunca la tendrán. Sabrán que la tierra ha sido siempre mapuche, que la legalidad amparada en la traición y la sinvergüenzura, no satisface a nadie. Que las tierras no son winkas. Que aquello que han hecho con la sangre aborigen de este país, no sólo no tiene perdón, sino odio. Extrapolan su mierda capitalista y la aplican desde hace mucho tiempo contra los pobres, es decir, con el país en general. El “conflicto mapuche” no sólo es mapuche, más bien es un conflicto de Chile, una deuda nuestra que se ve reflejada en todos los desposeídos de este país, en los que en algún momento jubilaremos, en los que estudian, los que trabajan, la mayoría proleta de la patria. Es una deuda histórica, como la de los maestros de Chile. Ver como deambula el lastre policíaco como si jugaran a la guerra por tierras ancestrales mapuche, no sólo da pena, da rabia. Da ira contra los fascistoides del gobierno actual, de todos los gobiernos que han silenciado la palabra para favorecer al empresario, a aquel que le da de comer al político, al que lo titiritea para volverlo en contra del pueblo, al que ha quitado las tierras, al que se ha adueñado del país. Chile, ante los ojos del mundo, está peor que durante la dictadura asesina de Pinocho. Es inadmisible que esto suceda en “democracia”. Esta puta democracia pactada entre cuatro paredes a espaldas de la gente que creía en arcoíris y sueños. Pero, las noticias, los canales de televisión no son nuestros, son de la elite empresarial de este país. Nunca mostrarán nada que los deje mal y mantienen a la gente desahuciada vomitándoles programas de mierda, con conductores y comunicadores de mierda que sólo les interesa el dinero y el glamour rastrero de la televisión nacional. Lo que pasa en el sur de Chile, es una herida abierta de la patria entera. Una herida que crece, se infecta de rebeldía. Una célula con el cáncer de la libertad que se ramifica por la cordillera hasta la Patagonia sin represas, desde los cerros hasta el mar sin centrales termoeléctricas. En cada persona que comienza a abrir los ojos. En cada uno que se divorcia de los políticos mascotas. En aquellos que ya no creemos en nada menos en ellos ni en sus “buenas intenciones”. En cada persona que sale a la calle, que golpea una cacerola, que hace patria desde su trabajo. En aquellos que la palabra anarquía golpetea cada día con más fuerza, en los autosustentables acéfalos del poder. Mapuche, no estás sólo… pronto seremos miles, millones cabalgando junto a Leftrarv hacia la liberación y la justicia…!!!